The Mandalorian Tercera Temporada
The Mandalorian | Opinión de la tercera temporada

The Mandalorian ha sido una serie muy curiosa desde su concepción. Ya en su momento llamó la atención que se enfocara en un personaje desconocido y no en el más evidente para contar esta historia (el siempre popular Boba Fett). Y aunque disfruté mucho con sus primeras dos temporadas, en mi cabeza siempre estuvo la idea de ser una serie del episodio de misterio -o encargo- de la semana y a otra cosa mariposa. Eso sí, con uno que otro cameo glorificado -coff Luke y Ahsoka coff-. Pero oh wow con lo genial de su tercera temporada. ¡Y ni hablemos de ese épico final!

A partir de aquí, muchos spoilers.

El resurgir de Mandalore

Empecemos por lo más obvio. Toda esta tercera temporada de The Mandalorian estuvo marcada por el resurgir de Mandalore y la unión de los diversos clanes en la figura de Bo-Katan Kryze (Katee Sackhoff). Atrás quedó esa narrativa de llevar a Grogu de un punto al siguiente para llegar a Luke; la cual, pese a su emotiva conclusión, fue desechada en dos episodios del spin off de Boba Fett.

The Mandalorian and Grogu

Din Djarin (Pedro Pascal) ahora comienza un viaje más personal, acompañado obviamente de Grogu, para concretar una premisa sencilla pero que esconde muchos secretos a explorar en futuros proyectos: el resurgir de Mandalore. Lo que comienza como una misión sencilla, se va complicando con el pasar de los episodios, y es a través de nuevos personajes que descubrimos el siniestro plan oculto en las sombras: el resurgir del Imperio y la creación de clones siniestros para perpetuar la imagen de Palpatine. Vaya, una suerte de retroceso a los tiempos de La Amenaza Fantasma.

Los episodios transicionaban de uno a otro con una fluidez superior a las primeras temporadas, quizá por la falta de un propósito mayor entre ellas, quizá por no tener muy en claro hacía dónde iba el proyecto en general. Pesé a que muchos tenían la absurda fantasía que The Mandalorian descanonizaría las secuelas, ha sido muy divertido ver cómo esta se enfoca en nutrir de muchos semillas el camino que, eventualmente, nos llevaran al surgir de la Primera Orden. Brillante ese episodio donde, sin nuestros protagonistas a la vista, descubrimos cómo es el día a día de aquellos genios y valerosos elementos rescatados del Imperio e incorporados a la Nueva República. ¿Pero en verdad tiene algo de nueva? O mejor aún, ¿en verdad triunfó el bien?

Elia Kane, la corrupción presente en la Nueva República
Elia Kane, la corrupción presente en la Nueva República

La corrupción de la Nueva República

Sí, confieso mi amor por las tramas donde un sistema corrupto cae en desgracia por culpa de su propia estupidez y poca visión. No por nada disfruto en grande con La Venganza de los Sith.Y aquí tenemos una suerte de ello. Las señales están ahí, pero los buenos las ignoran llanamente. Vivimos en una fantasía. Disfrutemos del sueño. Y es ahí donde al parecer radica la fuerza de esta tercera temporada de The Mandalorian.

Moff Gideon

La Herrera, fiel a sus creencias, sueña y lucha por mantener el Credo vivo entre los suyos. Bo-Katan, con el camino del Elegido frente a ella indicando su actuar tras ver al Mythosaurio, sueña con ser la líder tan necesitada por su pueblo. Din Djarin, buscando su hogar a través de su ahora hijo Grogu. Aún sin haber visto Clone Wars o Rebels, soy consciente de ese gran sueño que es el resurgimiento de Mandalore. Y todos los personajes buscan llegar a él, de distintas formas.

Y llegamos a Mandalore

Tras la concatenación de distintas tramas, este episodio final nos reúne a todos nuestros protagonistas en el devastado planeta, siendo el escondite elegido para que Moff Gideon, interpretado brillantemente por Giancarlo Esposito, muestre su peor cara y aniquile todo Mandaloriano de su existencia para así lograr tener su ejercito de clones y comenzar el nuevo reinado del Imperio. 

Bo-Katan liderando a la batalla a un equipo de Mandalorianos

Mando es capturado y con Grogu a su rescate, comienza la acción incesante. Cientos de mandalorianos se lanzan a la batalla por su hogar. Los soldados imperiales, ahora enfundados con armaduras de Beskar, se lanzan cual kamikazes y todos los enfrentamientos nos llevan a un explosivo combate entre nuestros protagonistas.

El sable oscuro es destruido, pero Bo-Katan entiende que el poder de un líder no reside en los símbolos, sino en la fuerza de sus integrantes. Idea reforzada por el empeño de Grogu en rescatar a Din Djarin haciendo uso de su inteligencia, su destreza y la siempre imprescindible Fuerza. Dicho simbolismo nos lleva a esa brillante conclusión, pues el poderoso vínculo formado por Grogu, Bo-Katan y Din logra vencer a Moff – nadie dude del poder de La Familia- y llevan al rescate del Planeta, el cual descubrimos vuelve a estar lleno de vida.

Y la vuelta a la espera

Tras un emotivo bautizo, nuestros protagonistas encuentran al fin una calma, y podemos dar así por concluidas varías tramas de forma satisfactoria. Sin duda, esta temporada se dedicó a darle una merecida conclusión al viaje emocional de sus personajes, con Bo-Katan al fin convertida en la líder de Mandalore y finalmente formalizando la paternidad de Din y su hijo Grogu.

The Mandalorian and Grogu
Padre e hijo, juntos al fin

Sí, tenemos un final cerrado a este viaje de tres temporadas por los confines de la galaxia, y en tiempos de finales abiertos, se agradece mucho. Sin embargo, no hay duda del camino por delante: el Imperio busca regresar y la intrigante Elia Kane tendrá un papel muy destacado en esa trama. ¿Volverá una vez más Moff Gideon? ¿Qué papel tendrán Luke y Ahsoka? Lamentablemente, la espera ya es una constante entre los fans de Star Wars, pero sin duda, tras esta genial tercera temporada, no tengo dudas de lo emocionante que será descubrir lo que Dave Filoni nos tiene por delante.

El Camino así es.

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