Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana… un joven ve el atardecer dual en busca de su destino; un niño se ve apartado de su madre. Un par de robots huyen con los planos de un arma mortal; dos jóvenes se juran amor eterno en secreto. Un padre, un hijo y una hija son la última Esperanza de la Galaxia. El Maestro pierde a su Hermano caído al Lado Oscuro. Un “Te amo” y un “Lo sé” son pronunciados ante el pesado silencio de la derrota. Un Jedi sucumbe al lado oscuro, un Jedi acaba con el Imperio Galáctico. Una mano se alza orgullosa para entregar un gran Legado a su mentor.
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…
He de admitir que soy un fan tardío de la saga, si cabe el concepto. Recuerdo cuando pasaban los maratones de la primera trilogía de Star Wars por Canal 5 y en su momento me parecía una saga muy aburrida y para nada interesante (inserte mirada condescendiente y de odio intenso, la que usted prefiera). Obviamente mi yo actual regañaría a mi yo de 8 años. Pero por aquella época (principios del nuevo milenio) la saga estaba de nuevo en boga, pues George Lucas estaba por estrenar el Episodio I de una nueva trilogía: contar la historia de orígenes de Darth Vader.

Creo que el Episodio I fue uno de los primeros VHS que tuve el honor de sostener en mis manos (mismo que desafortunadamente perdí), pero recuerdo que me la pasaba bomba con la carrera de pods en el desértico Tatooine al ir descubriendo junto al pequeño (y ahora un tanto insoportable) Anakin Skywalker los secretos de La Fuerza. Puede que La Amenaza Fantasma sea uno de los capítulos más débiles de toda la saga, pero de no ser por él, quizá muchos de los que ahora somos fans no lo habríamos sido.
La aventura, la fantasía, el humor y el romanticismo se unen de una forma maravillosa y en ocasiones intimista, arropados por un derroche de espectaculares efectos especiales; formando parte clave del éxito de Star Wars. Incrédulas miradas recibiera George Lucas en aquella lejana década de los 70, después de recibir la negativa de Universal para realizar la primera de la eventual saga espacial.

Pese a algunas decisiones cuestionables tomadas en los Episodios del I al III, cierto es que a este hombre le debemos el surgir de uno de los iconos pop más exitosos del ámbito cinematográfico; así como también debemos su permanencia en la memoria de cada ser sobre la tierra al Maestro John Williams, sin el cual la Saga Galáctica no sería la misma.
Cada acorde del compositor Neoyorkino ha acompañado a casi cada momento memorable de esta historia: desde los desiertos de Tatooine hasta la agradable melodía de amor prohibido entre Padme y Anakin; pasando por las enseñanzas del Maestro Yoda en Dagobah como por la entrada triunfal del Emperador; sin olvidar ese impresionante y épico canto en Sánscrito que nos dio para uno de los duelos de sables de luz más épicos jamás vistos en no menos de 12 parsecs: Duel of the Fates.

Es imposible enumerar tantos momentos gloriosos que tiene la saga. Si bien es cierto que el Episodio I y el Episodio VII me han dejado frió -Uno por su envejecimiento y otro por las monstruosas expectativas incumplidas al presentar un burdo remake encubierto-, confío en que el gigante Disney sabrá enmendar el camino. Podemos tener un vistazo a ello en los minutos finales de Rogue One, apéndice que retoma los mejores momentos tanto de la trilogía original como de la trilogía de precuelas.

Han pasado más de 40 años del estreno del ahora Episodio IV. Pese a ello, la magia y la emoción aún persisten y se vuelven más palpables conforme pasan los días previos al estreno del Episodio VIII de esta larga aventura de los Skywalker. En adición, es el primer año que celebramos sin nuestra amada Princesa Leia. Carrie Fisher nos dejó en la enorme masacre de artistas del 2016, pero no por ello quedamos huérfanos, pues podemos contar con su presencia en, por lo menos, un filme más.

Si bien no es una de las obras que han forjado mi carácter como, por ejemplo, Harry Potter (Millennial tenía que ser), al igual que muchos me emociona vivir este día. Star Wars me ha permitido en su muy particular y fantasiosa manera explorar El Espacio; ese vasto Espacio Vacío, atrapando no solo mí imaginación sino también la de millones más con una historia tan vieja como la vida misma: Qué hay más allá de lo que ven nuestros ojos.
Un nuevo May The 4th ha llegado este año, y es distinto a cualquier otro.
¡Que La Fuerza los acompañe!

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